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Clima laboral y comunicación positiva para la crisis

No me negaréis que estos días la vida real supera la ficción.

Las empresas, las noticias y el mundo en general es un caos absoluto. Las noticias que me llegan a través de las newsletter en las que estoy inscrita son pésimas, siempre negativas y con datos que auguran que el futuro será tremendamente peor. Y eso que la mitad de los foros son de rrhh, además de empresa y economía. ¿Por qué digo esto? Muy sencillo, porque en circunstancias normales, los profesionales de rrhh sostenemos que un buen clima laboral ayuda a mantener motivados a nuestros colaboradores, que debemos cuidar de tenerlos informados, disponer las políticas y herramientas adecuadas para  que todos los empleados puedan extraer lo mejor de sí mismos. Y claro, esto sólo sucede cuando el entorno es el mejor, el mejor ambiente laboral basado en la confianza en la dirección y la compañía, en los iguales, en el positivismo, la autonomía en la decisión, etc. Así obtenemos la mejor productividad.

Veo que algo no encaja, ¿qué estamos haciendo entonces? No estamos jugando la baza que debemos.

De mis colegas recibo mensajes sobre E.R.E., sobre recortes y demás, pero no me cuentan nada nuevo sobre como han afrontado internamente este tipo de decisiones, cómo lo han informado, cómo han hecho para minimizar los efectos tanto en los que se van, como en los que se quedan, para conseguir, que se quede el mejor talento y no salgan huyendo, frente a los movimientos de personal y al menos precio en estas circunstancias del talento, del valor añadido que tanto medimos en otras ocasiones y de la importancia que en otras ocasiones le damos a la excelencia y el liderazgo. A mantener esos estándares que harán que consigamos aprovechar esta crisis como líderes y no convirtiéndonos en los eternos mediocres, mimetizándonos con este entorno de incertidumbre y malévolo círculo vicioso.
El crecimiento de las empresas debe ser ordenado, debe darse de manera que los sistemas de gestión, procesos y las políticas de rrhh queden establecidos en pro de la eficiencia, productividad, rentabilidad y buen gobierno, y qué hay de todo esto cuando las empresas decrecen de manera “desordenada”? Adiós a la productividad, no?!

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Publicado por
Olga Lupiáñez

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